¿Por qué cada vez más países miran a Nayib Bukele como un ejemplo a seguir? ¿Qué tiene su modelo que lo vuelve tan atractivo incluso para referentes como Donald Trump o Javier Milei? Las respuestas no son tan obvias como parecen.
El especialista en defensa y seguridad Pedro Casals viene siguiendo el caso de El Salvador desde hace años, y su análisis revela algo que va más allá del impacto mediático: una transformación profunda del sistema político y judicial para poner fin al dominio del crimen organizado.
“Los MS-13 no eran solo una banda de chorros. Tenían jueces, senadores, congresistas... hasta presidentes. Eran una mafia con poder político real”, explicó Casals.
Cuando Bukele empezó su plan de seguridad, se topó con un freno judicial. Según Casals, los tribunales salvadoreños fallaban extra petita, o sea, dictaban resoluciones que no tenían nada que ver con lo que se les pedía. Eso trababa cualquier intento de reforma. Frente a este escenario, Bukele denunció un “golpe judicial” y propuso cambiar a los jueces. Lo logró. Y ahí arrancó la transformación.
“El Salvador hoy es más seguro que Estados Unidos y Canadá. Es el país más seguro de América y el segundo más seguro del mundo. Hace 20 años, si decía esto, me trataban de loco”, aseguró Casals.
Según el experto, este resultado no es magia, sino consecuencia directa de decisiones políticas firmes. “Bukele puso los derechos de los ciudadanos por encima de los privilegios de los delincuentes”, sentenció.
El enfoque, sin embargo, no está exento de polémicas. Organismos internacionales lo critican por supuestas violaciones a los derechos humanos. Pero Casals responde con firmeza: “Cuando matan a un inocente, nadie dice nada. Pero si cae un criminal, aparece un informe de Amnistía Internacional. Hay una hipocresía total”.
Su visión es clara: sin justicia firme, no hay paz social. “Si perdonás al lobo, sacrificás a las ovejas”.
Aunque Bukele gobierna un país chico, su modelo ya genera ecos globales. “Políticos como Marine Le Pen, Viktor Orbán, o incluso Donald Trump, están mirando este enfoque con atención”, explicó Casals. “Incluso en América, hay países que ya están intentando reformas parecidas”.
En la Argentina, las comparaciones no tardaron en llegar. Algunos analistas ven paralelismos entre el discurso de Javier Milei y el de Bukele, sobre todo en lo que respecta a romper con estructuras judiciales que bloquean reformas.
El fenómeno Bukele recién empieza. Y aunque genera amores y odios, lo que nadie puede negar es que logró lo que parecía imposible: recuperar el control del país.