Acuerdo incómodo entre Javier Milei y el PRO
¿El PRO y La Libertad Avanza están por sellar una alianza definitiva en la provincia de Buenos Aires? Esa es la pregunta que sobrevuela la política nacional desde que el Gobierno activó reuniones clave en la Casa Rosada y dejó ver, sin decirlo del todo, hasta dónde está dispuesto a negociar con sus socios del pasado.
Con Mauricio Macri de viaje, fue Karina Milei quien le puso la cara al asunto. Este lunes se reunió con Cristian Ritondo y Diego Santilli y les dejó un mensaje clarísimo: hay voluntad de acuerdo en territorio bonaerense, pero no hay margen para discutir el liderazgo político del espacio. El color violeta sigue siendo prioridad, y la familia presidencial no quiere que el PRO lo opaque en octubre.
La reunión también confirmó lo que se rumoreaba: la relación con Jorge Macri está rota. No hubo saludo en el Tedeum y el propio Javier Milei lo tildó de "traidor" en redes sociales. En la Ciudad de Buenos Aires, bastión histórico del PRO, el Gobierno ya decidió ir a fondo. Lo que antes parecía una alianza en gestación hoy es, directamente, una interna declarada.
Pero mientras el frente porteño se enfría, en la provincia de Buenos Aires el panorama es otro. Hay intendentes, legisladores y operadores del PRO que quieren acordar con el oficialismo nacional para no quedar fuera de juego en septiembre. El gran temor: ser absorbidos por completo o desaparecer del radar en octubre. Todavía falta definir el formato del acuerdo, el sello y el reparto de lugares, pero hay diálogo abierto.
Fuera del AMBA, el Gobierno analiza caso por caso. En Corrientes, Karina Milei ya se reunió con el gobernador Gustavo Valdés, aunque no hay acuerdo firmado. El Ejecutivo duda por un posible "candidato de la casta": el hermano de Valdés. “Si es él, se complica”, dicen cerca del poder. El PJ ya lanzó a Martín Ascúa como su nombre, y Cristina Kirchner podría viajar a apoyarlo. Se espera una elección peleada.
En Mendoza, el radical Alfredo Cornejo sigue sin confirmar si unificará las elecciones provinciales o mantendrá el calendario desdoblado. La Nación quiere alianza, pero aún no hubo avances. Ni el ministro Luis Petri ni el gerente de Aerolíneas Omar de Marchi se lanzaron. La definición se viene en días.
En Entre Ríos, el gobernador Rogelio Frigerio, del PRO, está dispuesto a negociar, pero no quiere romper con sus socios locales. La provincia renueva cinco diputados y tres senadores. Si hay división, el peronismo podría volver al ruedo.
Por último, en Chubut, el joven gobernador Ignacio Torres del PRO prefiere seguir solo. No necesita al Gobierno para mantener su base de poder. Desde que asumió, tejió alianzas con todos: peronistas, libertarios y radicales.
Los gobernadores aliados no tienen una estrategia común. Cada uno cuida su terruño. Solo los une una cosa: la plata. El ajuste nacional, la baja de coparticipación y la escasez de Aportes del Tesoro ponen nerviosos a todos. Pero casi nadie se anima a quejarse en público. Hay temor, cautela… y más de una jugada en silencio.
Mientras tanto, Karina Milei y el equipo presidencial juegan a dos puntas: acercarse al PRO donde conviene, y correrse donde hay riesgo de perder el control. Todo con un ojo puesto en octubre. Porque ahí se define quién manda.