A pesar de las expectativas de que el cepo cambiario se mantendrá vigente durante el periodo de estabilidad financiera, economistas advierten sobre la posibilidad de eliminar estas restricciones en un futuro cercano. Mientras la inflación muestra una tendencia a la baja, la falta de acciones concretas del Gobierno genera incertidumbre en el mercado.

Aunque las proyecciones optimistas indican que la brecha cambiaria y el riesgo país están disminuyendo, varios analistas del mercado señalan que el levantamiento del cepo cambiario podría ser inminente. Jorge Vasconcelos, vicepresidente del Ieral, considera que el verano ofrece una "ventana casi única" para esta medida. Sin embargo, sugiere que el levantamiento debería hacerse bajo el apoyo del FMI, aunque no hay señales claras en esa dirección.

Con las elecciones legislativas del próximo año, el tiempo para implementar cambios es limitado. A pesar de que el mercado comienza a mostrar signos de alineación, la percepción de continuidad del cepo persiste. Esta percepción se refleja en los contratos a marzo en el ROFEX, donde se pactan a un tipo de cambio oficial de $1.168.

El contexto de esta discusión incluye un inesperado "veranito financiero", que se debe más a medidas excepcionales y un blanqueo exitoso que a mejoras sostenibles en el frente externo. Durante las últimas diez ruedas, el Banco Central registró un saldo comprador de USD 811 millones, una cifra que no refleja un incremento genuino en los flujos de comercio exterior.

Sin embargo, la realidad es que una vez que se agoten estos flujos extraordinarios, el histórico problema de la escasez de divisas volverá a ser relevante. Esto podría llevar a un aumento en la disfuncionalidad del "dólar blend", donde los exportadores contribuyen al mercado financiero a expensas de la oferta en el mercado oficial.