Diplomáticos de Estados Unidos y Argentina están llevando a cabo gestiones para organizar una cumbre en Nueva York, con el objetivo de abordar la crisis política en Venezuela. La reunión, prevista en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, tiene como finalidad analizar las acciones a tomar tras las elecciones de julio, en las que el régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello se aferró al poder, a pesar de las denuncias de fraude.
Las elecciones del 28 de julio resultaron en una controvertida victoria para el chavismo, liderado por Maduro. Sin embargo, la legitimidad de este proceso fue puesta en duda por varios países, que acusaron al gobierno venezolano de manipulación electoral. El presidente argentino, Javier Milei, fue uno de los primeros en condenar el resultado, calificándolo como un “fraude” y destacando que la victoria de Maduro es solo una "victoria pírrica".
El encuentro busca reunir a más de 40 países, co-patrocinado por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y la canciller argentina, Diana Mondino, con el propósito de encontrar una estrategia común para enfrentar el régimen venezolano. A pesar de las dificultades, esta reunión representa un esfuerzo diplomático significativo para poner fin a la prolongada crisis en Venezuela, agravada por la falta de transparencia en los recientes comicios.
Uno de los puntos que llama la atención es la ausencia de actores clave en la región, como Brasil, México y Colombia, cuyos gobiernos decidieron no participar activamente en esta cumbre. Brasil, bajo la presidencia de Lula da Silva, se había involucrado previamente en iniciativas para mediar en el conflicto, pero su estrategia diplomática no tuvo éxito y, finalmente, optaron por no asistir al encuentro en Nueva York.
El presidente argentino, Javier Milei, ha sido un crítico constante del chavismo y su gobierno ha buscado aumentar la presión sobre el régimen de Maduro. En representación de Argentina, la canciller Mondino llevará este mensaje a la ONU, denunciando las violaciones de derechos humanos cometidas por el gobierno venezolano y reforzando la postura argentina en contra de las acciones autoritarias del chavismo.
La embajada argentina en Caracas ha jugado un rol crucial en este conflicto, ofreciendo refugio a opositores del régimen. Este hecho ha intensificado aún más la presión sobre Venezuela, que en respuesta revocó la custodia del edificio diplomático en una maniobra para desviar la atención de la crisis política interna.
Si bien el panorama no es del todo optimista, los organizadores de la cumbre esperan que esta reunión marque un cambio en la dinámica de la presión internacional sobre Venezuela. A medida que la fecha del encuentro se acerca, las tensiones y expectativas aumentan, pero aún queda por ver si las gestiones diplomáticas tendrán un impacto real en la resolución de la crisis venezolana.