En un rincón poco vigilado de Misiones, bandas criminales vienen ganando terreno sin que nadie los frene. Pero eso cambió este año con el lanzamiento del nuevo operativo que el Gobierno llamó Plan Guacurarí. ¿Qué pasa realmente en esa frontera? ¿Por qué la ministra de Seguridad, la propia Patricia Bullrich, dijo que tocaron “intereses profundos”? Seguí leyendo, que lo más importante lo contamos al final.
El Plan Guacurarí fue oficializado por el Ministerio de Seguridad con la resolución 626/2025. El objetivo: recuperar el control territorial en un tramo crítico de la frontera entre el este de Misiones y el sur de Brasil. Un lugar donde la ley, hasta ahora, brillaba por su ausencia.
Según explicó la propia ministra, la decisión se tomó tras detectar un aumento preocupante del sicariato y otras formas de crimen organizado en la zona. “Es una frontera seca, sin controles, donde no sabés de qué lado estás. Eso facilitó que grupos criminales pasen drogas, roben mercadería e incluso se enfrenten a tiros”, aseguró Bullrich en Radio Mitre.
El foco está puesto sobre Bernardo de Irigoyen, una ciudad clave en ese corredor. Hay pasos clandestinos, caminos secundarios sin vigilancia, y una realidad donde, según el documento oficial, bandas criminales operan como si no hubiera límites. Algunos grupos están vinculados con organizaciones brasileñas como el Primer Comando Capital (PCC) y Bala na Cara. También se menciona al Comando Vermelho.
Para enfrentar esa situación, el Gobierno creó el Comando Unificado Guacurarí. Este grupo está formado por fuerzas federales como la Gendarmería, Prefectura, Policía Federal, Seguridad Aeroportuaria y el Servicio Penitenciario, con colaboración de la policía misionera. Van a operar por lo menos durante 180 días, con posibilidad de extender ese plazo.
Bullrich contó que desde enero comenzaron a mandar refuerzos y tomar el control de los caminos secundarios, para centralizar el paso por Bernardo de Irigoyen. El operativo empezó a mostrar resultados: “Aumentamos un 72% los decomisos de droga”, afirmó. Pero también llegaron las represalias. “Nos balearon dos casas de gendarmes y hasta una sede oficial. Tocamos intereses fuertes”, admitió la ministra.
El Plan Guacurarí se suma a otros operativos en la frontera norte como el Plan Güemes, en Salta, y el Plan Roca, en el límite con Bolivia. Todos con el mismo objetivo: combatir el crimen organizado que avanza en zonas fronterizas porosas.
Además, el Gobierno refuerza esta política con nuevas medidas migratorias. Según explicó el vocero presidencial, quieren endurecer los requisitos para la residencia de extranjeros y facilitar las deportaciones. “Argentina fue demasiado permisiva con los que entran de forma irregular”, dijo.
Así, con el Plan Guacurarí como punta de lanza, la gestión de Bullrich busca cerrar el paso al delito transnacional. Pero el desafío recién empieza.