La reciente renuncia de Geraldine Calvella, presidenta de la juventud de La Libertad Avanza (LLA) en la Provincia de Buenos Aires, ha generado una nueva polémica en el entorno político bonaerense. La joven dirigente de 24 años, quien asumió un cargo en la Legislatura de la provincia en un contexto de tensiones internas, se vio envuelta en un escándalo relacionado con su salario. Sin experiencia previa y sin título universitario, Calvella ocupó un cargo en el gobierno nacional en el que percibía casi 3 millones de pesos a principios de año, lo que desató críticas dentro de su propio espacio.
El gobierno de Javier Milei ha intensificado su interés por ganar terreno en la provincia de Buenos Aires, un distrito clave en las próximas elecciones legislativas y en la mirada puesta hacia los comicios de 2027. Sin embargo, la fuerte presencia del peronismo y la hegemonía del PRO en gran parte del territorio dificultan la tarea de consolidar un apoyo electoral sólido para la Libertad Avanza, que en esta etapa busca estrechar lazos con otros partidos y figuras políticas locales.
La estrategia del oficialismo nacional, liderado por Milei, parece centrarse en un acercamiento territorial y en el fortalecimiento de los armadores regionales. En este contexto, la presencia de figuras como el exlegislador bonaerense Alejandro Carrancio, quien se reunió con el exintendente PRO de Olavarría, Ezequiel Galli, destaca la intención de consolidar alianzas y generar mayor peso político en la provincia. Galli, quien no logró renovar su intendencia en las elecciones pasadas y se alió al exprecandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta, ha mostrado su interés en unirse a LLA para proyectarse en la legislatura bonaerense.
Sin embargo, la controversia en torno a la figura de Geraldine Calvella pone en evidencia las tensiones internas dentro de la fuerza libertaria. Su ascenso y posterior renuncia han dejado en claro que, a pesar de los esfuerzos por construir un proyecto político inclusivo, las diferencias sobre la representatividad, la capacidad de gestión y la transparencia continúan siendo un tema de debate dentro de LLA.
La dirigente, quien había sido designada por su cercanía con los movimientos de la Quinta Sección Electoral y Saladillo, aseguró en su momento que su designación en el Renaper respondía a la confianza depositada por sus compañeros de partido. No obstante, la falta de experiencia en cargos públicos generó incertidumbre y la percepción de un ascenso cuestionado por parte de algunos miembros del partido. A pesar de ello, Calvella se mostró segura de su capacidad de gestión, destacando su labor para resolver problemas históricos en la provincia.
Con la renuncia de Calvella, los ecos de la controversia resonaron en el ámbito político de la provincia, mientras los referentes de La Libertad Avanza continúan tejiendo alianzas en busca de consolidar una propuesta fuerte para los próximos desafíos electorales. En un escenario donde la lucha por el poder en Buenos Aires es cada vez más reñida, las disputas internas en los partidos pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en las urnas.
De cara a las elecciones de 2025, la relación entre la Nación y la Provincia se juega no solo en las urnas, sino también en las decisiones y controversias que marcan el rumbo de los dirigentes, quienes deberán demostrar una capacidad de gestión que vaya más allá de las polémicas salariales y las tensiones internas.