¿Te imaginás pagar mucho menos impuestos que tus viejos o tus abuelos? Un informe de Econviews basado en datos del Ministerio de Economía muestra que la presión tributaria en Argentina cayó al nivel más bajo en casi 20 años bajo el Gobierno de Javier Milei, y los números son sorprendentes.
El gráfico que analiza la evolución desde 1980 hasta 2025 revela un cambio brutal: durante los gobiernos kirchneristas, la presión fiscal creció de manera constante, llegando a un pico del 31% en 2015. Esta suba se debió a retenciones a exportaciones agrícolas, mayores impuestos internos y una expansión del Estado que buscaba financiar políticas populistas, pero que terminó afectando el crecimiento económico.
En contraste, desde la llegada de Milei en diciembre de 2023, la historia cambió. La presión tributaria cayó de manera sostenida y se proyecta que llegue al 26% en 2025, casi igualando el 25% que se registró en 2006. Es el nivel más bajo en casi dos décadas, un cambio que los economistas de Econviews destacan como histórico.
¿Cómo lo lograron? El gobierno libertario tomó medidas concretas:
Eliminó y redujo múltiples impuestos nacionales y provinciales.
Bajó de manera permanente las retenciones al campo.
Suprimió el impuesto PAIS a fines de 2024.
Simplificó otros gravámenes internos y provinciales, aunque algunas provincias se resisten a bajar impuestos.
Milei asegura que estas reformas buscan "liberar" la economía, atraer inversiones y fomentar el crecimiento, cumpliendo así su promesa de campaña de reducir el tamaño del Estado.
Históricamente, Argentina tuvo momentos de presión fiscal moderada, alrededor del 18-20% en los 90 y principios de 2000. Pero entre 2003 y 2015, con Néstor Kirchner y Cristina Fernández, la carga impositiva se disparó, dejando al país con una de las presiones tributarias más altas de la región. Hoy, con Milei, se vuelve al nivel más bajo en casi 20 años, un cambio que impacta directamente en los bolsillos de los argentinos.
Lo curioso es que, aunque la presión fiscal baja a nivel nacional, las provincias todavía resisten recortar impuestos, lo que podría limitar los efectos positivos completos de estas reformas. La expectativa es que, si se logra un acuerdo federal, la Argentina podría consolidar este nivel de presión tributaria históricamente bajo y atraer inversiones que fomenten el crecimiento económico sostenido.
Con estas cifras y medidas, la historia de los impuestos en Argentina da un giro radical. ¿Podrá mantenerse este nivel bajo de presión tributaria a largo plazo? Los próximos años serán clave para comprobar si las reformas de Milei consolidan un cambio real en la economía.