Toyota Motor Corp. ha anunciado cambios significativos en sus programas de "diversidad, equidad e inclusión" (DEI), poniendo fin a la promoción de eventos LGBT y reduciendo su participación en clasificaciones externas relacionadas con DEI. Estos ajustes se producen en un contexto de retiro de iniciativas similares por parte de varias empresas en Estados Unidos.

En un comunicado emitido el 3 de octubre, la compañía informó a sus empleados y concesionarios estadounidenses que ya no respaldará "eventos culturales", como los desfiles del Orgullo, que no se alineen con sus iniciativas en educación STEM y preparación laboral. Además, reestructurará sus grupos de empleados, conocidos como Toyota Business Partnering Groups, para enfocarse en el desarrollo profesional, el networking y la mentoría, priorizando los intereses comerciales de la empresa.

Los ejecutivos de Toyota afirmaron que continuarán disminuyendo sus actividades comunitarias para que estén alineadas con la educación STEM y la preparación de la fuerza laboral, comprometiéndose a dejar de patrocinar festivales y desfiles que no se relacionen con estas áreas.

Adicionalmente, Toyota anunció que cesará su participación en encuestas de cultura de terceros, como el Índice de Igualdad Corporativa de la Human Rights Campaign, donde previamente había obtenido una puntuación perfecta por sus iniciativas DEI.

Estos cambios fueron impulsados por una campaña en redes sociales del activista anti-DEI Robby Starbuck, quien criticó las políticas "woke" de la empresa, señalando su participación en eventos LGBT y la capacitación en DEI. Starbuck sugirió que Toyota había perdido de vista a su base de clientes y exhortó a los consumidores a rechazar los programas DEI de la compañía.

En su plan de sostenibilidad actualizado en junio de 2024, Toyota había establecido metas de diversidad, incluyendo un aumento del número de mujeres en posiciones directivas para 2030 y la implementación de capacitaciones sobre "prejuicios inconscientes".

La reacción de Starbuck ante los cambios de Toyota fue positiva, destacando el valor de la decisión de los directivos y sugiriendo que la neutralidad corporativa podría ser clave para el éxito futuro de la empresa.

Este movimiento se alinea con una tendencia más amplia en el ámbito empresarial estadounidense, donde las compañías enfrentan presión pública para desmarcarse del activismo progresista y centrarse en sus objetivos comerciales. Empresas como Caterpillar, Ford, y Harley-Davidson han hecho movimientos similares en los últimos meses.

Por su parte, la organización Human Rights Campaign ha criticado esta ola de retiradas corporativas de DEI, argumentando que podría tener "consecuencias negativas" para el éxito empresarial y la capacidad de atraer una fuerza laboral diversa.