¿Qué pasa si un país del Mercosur quiere firmar un acuerdo comercial por su cuenta con Estados Unidos? Esa pregunta dejó de ser teórica. Desde que el presidente Javier Milei amenazó con romper con el bloque si no lo dejan negociar de forma independiente, el futuro del Mercosur quedó bajo la lupa. Y este viernes, los cancilleres se reunieron en Buenos Aires para tratar de calmar las aguas… ¿lo lograron?
Desde temprano, en el Palacio San Martín, hubo movimientos. El canciller argentino Gerardo Werthein fue anfitrión de una cumbre clave con sus pares de Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia. El mensaje oficial fue optimista: reafirmaron su compromiso con la unidad del Mercosur y prometieron “modernizar” el bloque. Pero el debate de fondo fue otro: ¿puede un país negociar por su cuenta con potencias como Estados Unidos?
La tensión no es nueva. Ya el año pasado, cuando Milei recién llegaba al poder, su equipo planteó flexibilizar las reglas del Mercosur. La idea es permitir que cada país pueda firmar tratados sin tener que arrastrar a los demás. Esto, sin embargo, choca con normas vigentes desde 1991 y especialmente con las que se fijaron en el año 2000.
Pero esta vez, el Gobierno argentino dice tener una propuesta “firme”. ¿Qué cambió? Según explicaron fuentes oficiales, Brasil mostró mayor apertura. Aun sin diálogo entre Milei y Lula da Silva, el ala comercial del gobierno brasileño habría bajado el tono. De Uruguay, poco se espera por ahora: su nuevo presidente, Yamandú Orsi, también mantiene distancia con el mandatario argentino.
Por ahora, Milei solo tiene buena sintonía con Santiago Peña, presidente de Paraguay, a quien visitó hace poco. Argentina tiene la presidencia del bloque hasta julio, así que debe convocar pronto a una cumbre de jefes de Estado.
Mientras tanto, Werthein y el embajador Luis Kreckler presentaron una propuesta que busca más transparencia: permitir que cualquier país inicie tratativas con terceros, avisando a sus socios, pero sin quedar atado. No rompe con el Mercosur, pero lo deja más flexible.
Todo esto se da en un contexto donde Estados Unidos, con Donald Trump al frente, aplicó un 10% de recargo a productos de Argentina y otros países. Para Milei, esto abre una ventana para alinear la política comercial nacional con los criterios de “reciprocidad” que promueve el ex presidente norteamericano.
El resultado de la reunión fue una foto de unidad, pero con muchas preguntas sin responder. La más importante sigue abierta: ¿hasta dónde está dispuesto a llegar Javier Milei para firmar un acuerdo con Estados Unidos?
Y si el Mercosur no le deja, ¿realmente se va? Esa historia todavía no terminó.