La muerte del Papa Francisco a los 88 años ha dejado una huella profunda en el mundo. A lo largo de su pontificado, Jorge Bergoglio no solo lideró la Iglesia Católica, sino que también se convirtió en una figura clave en la discusión sobre el futuro económico de Argentina y del planeta. A través de sus declaraciones y encuentros con economistas, su crítica al neoliberalismo y su búsqueda de un modelo económico más justo resonaron en todos los rincones del mundo.
Uno de los temas más recurrentes en las palabras del Papa Francisco fue la desigualdad económica. En varias ocasiones, hizo referencia al impacto de las políticas neoliberales en la pobreza. "La Argentina en este momento tiene un nivel de inflación impresionante", señaló en 2023, reflexionando sobre el aumento de la pobreza en su país natal. Su mirada crítica hacia la gestión económica de los últimos años, tanto en Argentina como a nivel global, fue clara. Sin embargo, lo que más destacó fue su llamado a un cambio profundo en las estructuras económicas.
En ese sentido, el Papa Francisco no estuvo solo. En 2019, se reunió con Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, para discutir la necesidad de una "economía social de mercado". Juntos coincidieron en la importancia de replantear los sistemas económicos para que estos sirvan a las personas y no a los mercados. A lo largo de su pontificado, el Sumo Pontífice también mantuvo reuniones con otros economistas progresistas, como Mariana Mazzucato, quien defiende la intervención estatal en la economía para garantizar el bienestar común.
La relación entre el Papa y la economía argentina fue estrecha, especialmente con Martín Guzmán, exministro de Economía. Ambos compartieron varias reuniones, algunas de las cuales fueron cruciales para la renegociación de la deuda externa de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas interacciones no solo revelan la preocupación del Papa por la justicia económica en su país, sino también su papel como un defensor de la justicia social a nivel global.
El Papa Francisco también fue un firme crítico de las políticas que favorecen la acumulación de riqueza en manos de unos pocos. En 2024, durante una intervención en el Vaticano, destacó que los ricos deben compartir sus bienes y pagar más impuestos para contribuir a la redistribución de la riqueza. Este tipo de medidas, según él, son esenciales para un sistema económico más justo y solidario.
En su encíclica Fratelli tutti (2020), el Papa Francisco advirtió sobre los peligros de los populismos y los liberalismos que, según él, pueden deshumanizar a las personas. "El mercado solo no resuelve todo", expresó, cuestionando la idea de que la libertad de mercado sea la solución a todos los problemas económicos. En lugar de eso, abogó por una "sana política" que no esté subordinada a los intereses financieros globales.
Al final de su vida, el Sumo Pontífice seguía insistiendo en la importancia de crear un sistema económico que ponga a las personas en el centro. Criticó el abuso del trabajo precario y el trabajo en negro, y se mostró preocupado por las dificultades económicas que enfrentan los jóvenes.
El legado del Papa Francisco, con sus declaraciones, encuentros con economistas y propuestas sobre la redistribución de la riqueza, sigue vivo. A pesar de su partida, su mensaje sobre la necesidad de un cambio en la economía global y local resuena más que nunca.