¿Cierran calles para cuidarte o para encerrarte?

En Villa Allende, quieren instalar portones en barrios y cámaras de seguridad, pero muchos se preguntan si esto mejora la inseguridad o complica la vida diaria.

30-07-2025 - Por Crítica Argentina

En Villa Allende, el municipio arrancó los trámites para instalar portones en barrios y cámaras de seguridad, pero muchos vecinos se preguntan si esto realmente mejora la inseguridad o solo complica la vida diaria. El plan, anunciado por el intendente Pablo Cornet, ya genera polémica antes de ponerse en marcha. Y hay una pregunta que sigue sin respuesta: ¿esto sirve o es solo una medida para la foto?


Portones y cámaras: ¿seguridad o encierro?


El anuncio oficial indica que los primeros barrios afectados serán Lomas Sur y Pan de Azúcar. En total, el plan contempla portones en 15 calles y un pasaje clave que, según Cornet, usan los motochorros para escapar después de robar. Aunque el intendente aclaró que “no es que ya se están colocando”, también reconoció que los trámites para cotizar e instalar los equipos ya están en marcha.

Villa Allende: el Concejo Deliberante aprobó la “ordenanza de los portones”  | Perfil

Lo curioso es que solo un 1,9% de los consultados dijo estar en contra, pero ese relevamiento fue limitado y no hubo un debate público real. La medida avanza sin que los vecinos puedan opinar a fondo.


¿Por qué cerrar calles si los delincuentes vienen de afuera?


El propio Cornet reconoció que los ladrones no son de esos barrios, sino que los usan como paso para huir. Entonces, ¿por qué cerrar calles donde viven personas que no cometen delitos? El plan busca armar un “anillo de seguridad” cerrando accesos, en lugar de reforzar patrullajes o mejorar la respuesta policial.

Decir que “la libre circulación está asegurada” suena raro si vas a tener un portón frente a tu casa. Hasta ahora, no se explicó cómo se garantizará el paso libre para todos sin generar molestias.


Una solución que no va al problema


Cerrar calles puede parecer una idea rápida, pero no enfrenta lo que realmente preocupa a los vecinos: vivir tranquilos. La seguridad no se resuelve encerrando a la gente detrás de rejas, sino con más prevención, más patrullas y una justicia que actúe. Este tipo de medidas apuntan más a controlar el movimiento de los vecinos que a frenar a los delincuentes.

 

Mientras tanto, se gasta tiempo y plata en una medida que no ataca el problema de raíz. Y eso genera bronca, porque nadie quiere vivir con miedo, pero tampoco quiere sentirse preso en su propio barrio.