El secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, pasó diez días en el Vaticano con un objetivo clave. La visita, que concluye este martes, se dio en un contexto delicado: papa Francisco sigue internado en el Hospital Gemelli por una neumonía bilateral. Pero, más allá del acompañamiento, hay gestos y reuniones que no pasaron desapercibidos.
Desde la Casa Rosada y la Cancillería dieron una directiva clara: evitar la exposición mediática. Sin embargo, en los pasillos del Vaticano y en la comunidad argentina en Roma, la presencia de Sotelo se notó. El funcionario participó de la misa mensual en la Iglesia Nacional Argentina y del rosario especial en las puertas del Hospital Gemelli, donde se reza por la salud de Francisco.
Su agenda incluyó reuniones con figuras clave de la Santa Sede. El encuentro principal fue con el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra, el "número tres" del Vaticano. Desde su entorno destacan que Sotelo llevó un mensaje directo del gobierno de Javier Milei: acompañamiento y respeto en este momento difícil para el Papa. "Le hicimos saber nuestro apoyo y lo agradecieron en nombre del Vaticano", aseguró el funcionario en redes sociales.
Más allá del gesto de cercanía, la presencia de Sotelo también busca recomponer una relación que tuvo momentos de tensión en los últimos meses. Además de Peña Parra, se reunió con argentinos en la curia romana, como monseñor Lucio Adrián Ruiz, del Dicasterio para las Comunicaciones, y Alejandro Bunge, juez del Tribunal de la Rota Romana. "La visita mostró el afecto y la cercanía del gobierno argentino en este momento complejo", destacó Bunge.
Mientras tanto, Francisco sigue su recuperación en el Hospital Gemelli. Aunque su pronóstico es reservado, hay signos de mejoría. ¿Qué impacto tendrá esta visita en la relación entre el gobierno de Javier Milei y el Vaticano? Esa es la pregunta que queda abierta.