¿Qué sucede cuando los fondos destinados a los más necesitados desaparecen sin dejar rastro? Este es el caso que está siendo investigado por el fiscal Ramiro González y que ha desvelado un escándalo millonario relacionado con los llamados "comedores fantasmas", aquellos que no existían pero que recibieron sumas millonarias de fondos públicos.
En las últimas semanas, se han conocido detalles escalofriantes sobre cómo durante la gestión de Alberto Fernández, diversas organizaciones recibieron miles de millones de pesos destinados a comedores y merenderos que nunca operaron.
Se conoce como comedores fantasmas a aquellos lugares que, aunque figuran como beneficiarios de programas sociales, no existen en la realidad. Las investigaciones recientes demuestran cómo algunos comedores reportaron cifras infladas o falsos establecimientos, mientras que los recursos destinados a ellos se desvían hacia otros fines.
El caso tomó fuerza cuando se descubrió que organizaciones vinculadas a figuras como Juan Grabois, como "El Amanecer de los Cartoneros", recibieron fondos públicos millonarios, de los cuales una buena parte terminó en lugares que no eran más que nombres en un papel.
El Ministerio de Desarrollo Social, bajo la gestión de Alberto Fernández, firmó convenios con varias asociaciones que supuestamente administraban comedores comunitarios. Sin embargo, al auditar estos acuerdos, se descubrió que muchos de estos establecimientos ni siquiera existían.
Un caso emblemático fue el de "El Amanecer de los Cartoneros", organización ligada a Grabois, que reportó gestionar 167 comedores y merenderos, pero en una auditoría se constató que 18 de estos no existían. Esta organización recibió más de $172 millones en 2023, mientras los fondos destinados a los comedores fantasmas se evaporaban.
El fiscal Ramiro González lidera la investigación que se inició a principios de este año. La denuncia surgió tras una auditoría del Ministerio de Capital Humano, que encontró que el 32% de los comedores registrados en el RENACOM ya no estaban operativos. Esto pone en evidencia un esquema de defraudación que involucra millones de pesos.
Además de la organización de Grabois, otras entidades como la Federación de Cooperativas de Reciclado Limitada también recibieron fondos destinados a comedores que no estaban operativos. En total, se habla de una cifra cercana a los $5000 millones distribuidos entre diversas asociaciones, muchas de las cuales no cumplieron con los objetivos para los cuales se les entregaron esos recursos.
El dinero que debió haberse destinado a alimentar a miles de argentinos en situación de vulnerabilidad parece haber sido desviado. La justicia sigue sin saber qué ocurrió con esos fondos, pero el caso sigue siendo investigado bajo cargos de defraudación y abuso de autoridad.
En resumen, el caso de los comedores fantasmas revela una grave negligencia en la administración de fondos públicos y pone en evidencia cómo la corrupción afecta a los sectores más vulnerables. La investigación, liderada por Ramiro González, podría abrir una puerta a un escándalo mucho más grande que involucra a varias figuras de la política argentina, incluyendo al propio Alberto Fernández. Sin dudas, este será un tema que seguirá siendo clave en la agenda política y judicial del país.