En un inesperado giro, el exministro Aníbal Fernández y el intendente Jorge Ferraresi han disparado críticas directas contra La Cámpora, abriendo un nuevo frente de conflictos dentro del peronismo. Fernández denunció ventajas políticas obtenidas de manera "bochornosa" por relaciones familiares, apuntando indirectamente a Máximo Kirchner. En tanto, Ferraresi cuestionó la coherencia política de la agrupación en su discurso de asunción.
La respuesta de La Cámpora no se hizo esperar. Dirigentes de la agrupación tildaron a Fernández de jubilado y desafiaron sus afirmaciones, mientras Ferraresi, con tensiones ya previas, enfrenta nuevas divisiones en Avellaneda. La interna peronista, que parecía apaciguada durante las elecciones, ahora resurge con fuerza y despierta incertidumbre sobre la unidad del partido.
Las tensiones dentro del peronismo se suman a la falta de liderazgo claro en el partido, dejando al movimiento en una encrucijada sobre si abordar los debates internos sobre liderazgo o unirse frente al desafío que plantea Javier Milei. La ausencia de una figura dominante complica la toma de decisiones y potencia la horizontalidad en las discusiones.
Hoy, en una movida sorpresiva, la CGT planea una movilización en repudio al DNU de Milei, aunque enfrenta resistencia interna. Mientras sectores de la central obrera intentan limitar la protesta, otros peronistas creen que es esencial marcar territorio en la calle. La imagen de la unidad sindical se perfila como un punto de inflexión en la actual coyuntura del peronismo.