El Cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, reafirmó la postura de la Santa Sede respecto a conceptos como "salud sexual y reproductiva" y "derechos reproductivos" durante su participación en una cumbre de la ONU. Estos términos, comúnmente relacionados con debates sobre planificación familiar y servicios de salud, tienen una interpretación distinta según la doctrina de la Iglesia Católica.
El Cardenal Parolin subrayó que la salud reproductiva debe ser tratada desde una visión integral que incluya no solo el bienestar físico, sino también el mental y emocional. Para el Vaticano, las decisiones relacionadas con este tema deben estar enmarcadas en el matrimonio entre un hombre y una mujer y ajustarse a los principios morales que la Iglesia promueve.
El prelado dejó claro que la Santa Sede no considera el aborto ni los métodos abortivos como parte de los derechos reproductivos. Para la Iglesia, la defensa de la vida desde la concepción es innegociable y ha mantenido esta postura en foros internacionales y políticas nacionales.
Sobre la identidad de género, Parolin reafirmó que para el Vaticano, esta está estrechamente ligada al sexo biológico. Criticó lo que llamó una creciente tendencia a separar el concepto de género del sexo biológico, afirmando que esta práctica socava la dignidad humana y el orden natural. Según la Iglesia, la identidad de género debe basarse en la biología de ser hombre o mujer, y cualquier intento de redefinirla altera la comprensión tradicional de la naturaleza humana y el rol de la familia en la sociedad.
El Cardenal expresó su preocupación por la falta de claridad en los documentos internacionales respecto al término "género". Señaló que la interpretación flexible del concepto pone en riesgo los valores fundamentales que sustentan la familia y la sociedad. Para la Iglesia, estos valores son esenciales para el bienestar tanto de las personas como de las comunidades.
Parolin enfatizó que la Iglesia no se opone al desarrollo de los derechos humanos, pero rechaza aquellas interpretaciones que van en contra de lo que considera la dignidad de la persona y la moral natural. Según el Vaticano, los "derechos reproductivos" deben interpretarse como un marco que promueva la responsabilidad en la vida sexual y una apertura a la vida dentro del matrimonio. Estos principios son clave para lo que el Vaticano llama desarrollo humano integral, un concepto central en la visión de la Iglesia sobre el progreso social y económico.
El Cardenal finalizó su discurso abordando la crisis del multilateralismo y la creciente desconfianza entre naciones. Subrayó que la paz y la prosperidad futuras dependerán de una cooperación genuina entre los Estados y del compromiso con el desarrollo sostenible y la justicia social. No obstante, insistió en que este desarrollo debe incluir una visión que respete tanto la vida como la dignidad de cada persona.