¿Qué pasó con Martiniano Molina y por qué su caso refleja los tironeos entre el PRO y La Libertad Avanza en Buenos Aires? La respuesta es clave para entender cómo se están rearmando las listas y quién toma realmente las decisiones. Pero lo que empezó como una alianza, hoy parece más una pulseada por el poder.
En 2021, Martiniano Molina fue cabeza de lista en la Tercera Sección por el PRO, acompañando a Diego Santilli, quien ganó esa elección provincial frente a Victoria Tolosa Paz. Parecía que tenía el camino allanado para renovar su banca este año, gracias al acuerdo que tejieron Karina Milei, Sebastián Pareja y los Menem con el sector de Santilli.
Pero la respuesta fue cortante: "No nos gustan los cocineros", le dijeron desde el riñón libertario a los armadores del PRO. El mensaje fue claro: La Libertad Avanza no quiere compartir espacios, ni siquiera con figuras como Molina, que ya tienen trayectoria en la provincia.
Este cortocircuito no es aislado. Los hermanos Passaglia, referentes en la Segunda Sección, también decidieron no sumarse a la alianza con los libertarios. Su apuesta es distinta: armar lista propia y, con suerte, meter uno o dos legisladores sin depender de nadie.
La misma lógica aplica en Tandil. El jefe del bloque PRO en ese distrito, Juan Manazzoni, rompió con la estrategia provincial y se alió con el radical Marcos Nicolini. Irán con lista corta, desmarcándose tanto del PRO como de La Libertad Avanza.
Este tipo de jugadas muestran que el acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza está lejos de ser sólido. Por más que haya fotos y comunicados, en la práctica los libertarios controlan las listas y el PRO queda relegado. El caso Martiniano Molina lo deja en evidencia: ni siquiera alguien con banca, historia y respaldo como él logró un lugar.
Los próximos días van a ser decisivos. Algunos referentes del PRO todavía creen que pueden “colar” algún nombre en las listas, pero la realidad es que La Libertad Avanza está cerrando todo con su propia gente. Y cada vez son más los que, como Manazzoni o los Passaglia, prefieren ir por afuera antes que quedar pintados en una boleta sin poder real.
¿Se rompe el acuerdo? ¿O el PRO termina aceptando ser un actor de reparto? El caso de Martiniano Molina puede ser apenas el primero de muchos que empiecen a marcar el quiebre en esta convivencia forzada.