Las recientes declaraciones de Javier Milei en las que planteó la posibilidad de privatizar el CONICET y cerrar el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación han desatado un intenso debate en la comunidad científica. En respuesta, miembros del CONICET, científicos e investigadores se unieron en una movilización bajo el lema "La ciencia no es cara, cara es la ignorancia".
En el programa "Feudale Café" de La Cielo, se profundizó en esta polémica y se analizaron los procesos a través de los cuales los becarios acceden a financiamiento para sus investigaciones. El antropólogo Marcos Álvarez brindó aclaraciones sobre el ingreso al CONICET, desmintiendo la idea de que se basa en "acomodos", y detalló el funcionamiento del organismo.
Fundado en 1958 con el propósito de impulsar y respaldar investigaciones científicas y tecnológicas en aras del desarrollo nacional, el CONICET también se dedica a la creación de institutos y laboratorios vinculados a universidades, así como a la colaboración científica internacional.
Marcos Álvarez destacó que las becas doctorales y postdoctorales son herramientas esenciales y que su asignación se realiza a través de un proceso riguroso de evaluación. Los aspirantes deben ser graduados universitarios con altos desempeños académicos y presentar un plan de investigación. Un jurado especializado evalúa a los candidatos y solo un porcentaje es seleccionado.
Los investigadores elegidos obtienen financiamiento durante cinco años, deben demostrar avances en sus investigaciones y completar sus doctorados. Después, tienen la posibilidad de postularse para ser investigadores, enfrentando evaluaciones regulares.
La relevancia de los temas en relación con el desarrollo del país es primordial. "Los miembros del CONICET son evaluados de manera constante, sin importar su afiliación política", subrayó Álvarez, resaltando la conexión de cada investigación con el progreso nacional y la sociedad.