Recorte histórico en Derechos Humanos y Cultura

¿Hasta dónde llegará el ajuste del Gobierno en áreas sensibles como los derechos humanos y la cultura? Esa es la pregunta que se hacen muchos.

27-05-2025 - Por Crítica Argentina

¿Hasta dónde llegará el ajuste del Gobierno en áreas sensibles como los derechos humanos y la cultura? Esa es la pregunta que se hacen muchos después del último anuncio del vocero presidencial. En esta nota, te contamos qué implica el gran recorte anunciado por el Gobierno de Javier Milei, cómo impacta en la estructura del Estado y qué cambios se vienen.

En una conferencia de prensa, el vocero Manuel Adorni confirmó la decisión de transformar la Secretaría de Derechos Humanos en una subsecretaría. ¿El motivo? Reducir un 40% la estructura y un 30% del personal, lo que equivale a un ahorro de 9.000 millones de pesos anuales. Según explicó, el área ahora se enfocará en “garantizar todos los derechos humanos” y dejará de “defender un sector ideológico partidario”.

Prontuario de Mariano Cúneo Libarona, el abogado del poder • Enfant Terrible

La medida fue respaldada por el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien aseguró que “el contexto actual exige tomar decisiones urgentes para mejorar la estructura del Estado”. En esa línea, informó que ya fueron despedidos 405 empleados militantes, lo que representa el 44% del personal recibido en diciembre.

Este ajuste forma parte de una estrategia más amplia del Gobierno, que ya eliminó 200 áreas, 10 ministerios y dio de baja 45.000 contratos.


Pero los cambios no terminan ahí


En el área de cultura, el Gobierno avanza con modificaciones profundas. Uno de los movimientos más llamativos es el del Instituto Nacional del Teatro (INT), que dejará de ser un organismo descentralizado y pasará a depender directamente del Estado. Aunque se mantendrá el financiamiento, se eliminarán el Consejo Directivo y los Representantes Provinciales. “Ese dinero irá directo al teatro”, dijo Adorni.

Además, se anunció la unificación de varios organismos bajo una única estructura central: el Museo Nacional de Bellas Artes, el Palacio Libertad, Tecnópolis y la CONABIP pasarán a depender de una misma coordinación administrativa.

 

En paralelo, se creará el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas. Allí se reconvertirán en museos el Instituto Sanmartiniano y el Instituto Evita. Otros como el Instituto Yrigoyeneano y el Instituto Rosas serán absorbidos, mientras que los institutos Browniano, Newberiano y Belgraniano serán directamente disueltos.

La lógica detrás de estos cambios, según explicaron desde la administración de Milei, es evitar la “fragmentación” del aparato estatal y mejorar la eficiencia. Con menos estructuras, buscan centralizar decisiones y reducir el gasto burocrático.

El gran recorte en la estructura de Derechos Humanos y Cultura plantea un nuevo escenario. Si bien el Gobierno insiste en que la inversión en programas se mantendrá, el impacto en áreas sensibles abre interrogantes sobre cómo se garantizarán los derechos y el acceso a la cultura a nivel federal.

 

Lo concreto es que el 40% menos de estructura ya está en marcha. Y todavía queda por ver qué otras áreas pasarán por la tijera. ¿Hasta dónde llegará este ajuste? Eso, por ahora, sigue abierto.