Después de meses de negociaciones, amenazas y rumores de ruptura, el peronismo finalmente cerró sus listas para las elecciones legislativas del 26 de octubre. Pero la pregunta que muchos se hacen es: ¿la unidad alcanzará para competir en serio o las tensiones internas terminarán jugando en contra?
En la medianoche del domingo 17 de agosto, el kirchnerismo, bajo el sello Fuerza Patria, confirmó a sus principales candidatos en los distritos más importantes del país. Sin embargo, lejos de mostrar un bloque sólido, el cierre de listas dejó en evidencia que las internas dentro del espacio siguen vivas.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), la lista de diputados nacionales será encabezada por Itai Hagman, referente del Frente Patria Grande. Para el Senado, la boleta estará liderada por Mariano Recalde, actual senador kirchnerista que buscará renovar su banca.
En la provincia de Buenos Aires, distrito clave y más grande del país, los nombres más destacados son Jorge Taiana, seguido por la massista María Jimena López, y en tercer lugar, el comunista Juan Grabois, líder de Patria Grande.
A pesar del anuncio oficial, dentro del Movimiento Evita, liderado por Emilio Pérsico, hubo fuerte malestar por quedar afuera de la lista. Según fuentes cercanas, el enojo se extiende a sectores vinculados al gobernador Axel Kicillof, que se sienten desplazados y responsabilizan a la estrategia de cierre de listas por una posible derrota electoral.
“Dicen que la lista es de CFK y Massa, que nos dejaron afuera como al axelismo, y que la estrategia es perder”, aseguró una periodista familiarizada con el tema.
Muchos dentro del peronismo admiten que el panorama es complicado: La Libertad Avanza, partido del presidente Javier Milei, aparece como favorito en varias regiones del país. La percepción generalizada es que la sociedad valorará la baja de la inflación y premiará al oficialismo con un caudal de votos significativo, dificultando aún más las chances del kirchnerismo.
El cierre de listas peronista logró, al menos, evitar una fractura total del espacio. Pero no logró disipar las tensiones internas que ya eran visibles. Las elecciones de octubre pondrán a prueba si esta unidad forzada alcanza para resistir el avance libertario o si las internas terminarán debilitando aún más al peronismo.
Mientras los votantes se preparan para decidir, la pregunta sigue abierta: ¿será suficiente la lista de unidad para mantener al kirchnerismo en pie o las divisiones internas marcarán la diferencia?