Desde la llegada del gobierno de Javier Milei a la presidencia, el panorama de las protestas piqueteras en Argentina ha experimentado un notable cambio. Las manifestaciones ya no bloquean el tráfico; en su lugar, marchan sin interrumpir la circulación. Este cambio en la dinámica de las protestas se refleja en el último intento de marchar sobre la Avenida 9 de Julio, que ocurrió en abril. La convocatoria a reclamar frente al Ministerio de Capital Humano también fue escasa.
Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, destacó que bajo la nueva administración se implementó un protocolo que regula las protestas y fue aceptado por la justicia. Según Bullrich, el nuevo enfoque implica que las manifestaciones deben realizarse en la vereda o en plazas, evitando cortes de calles.
El protocolo antipiquetes es una de las primeras medidas del gobierno de Milei para frenar las protestas. Además, se creó la Línea 134 para que los beneficiarios de planes puedan denunciar coacciones de líderes sociales. En paralelo, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, ha tomado medidas para reducir el poder de las organizaciones sociales. Entre sus acciones se incluyen auditorías que revelaron irregularidades en la distribución de alimentos y la implementación de la tarjeta Alimentar Comunidad para reemplazar la tercerización de la asistencia alimentaria.
Pettovello también ha hecho cambios significativos en el manejo del programa Potenciar Trabajo, eliminando el poder de las organizaciones sociales para gestionar altas y bajas. Esto busca evitar que las organizaciones movilicen a personas para participar en manifestaciones a cambio de beneficios.
Hasta el 26 de agosto, la Línea 134 recibió más de 200,000 llamadas, de las cuales una parte significativa incluyó denuncias de coacción para asistir a marchas. Estas denuncias están siendo investigadas por la justicia. Desde la Casa Rosada se asegura que estas políticas han logrado distribuir la asistencia de manera más eficiente y eliminar prácticas corruptas.
La reciente reconfiguración dentro del ámbito piquetero también refleja el impacto de estas políticas. Las organizaciones están buscando nuevas formas de protesta y algunos movimientos han tomado distancia de líderes cuestionados como Eduardo Belliboni.
La reducción en las movilizaciones y la presión sobre las organizaciones sociales han generado un cambio en el panorama político y social. La administración de Milei ha enfatizado la lucha contra la corrupción y las prácticas abusivas, buscando consolidar un nuevo orden en la protesta social en Argentina. A medida que el gobierno implementa estas medidas, las protestas piqueteras se adaptan a un entorno más restringido y regulado.
Este cambio en la dinámica de las protestas refleja la intención del gobierno de Milei de reformar las estructuras tradicionales de protesta y gestionar de manera más eficaz los recursos destinados a los sectores vulnerables.