Durante su primer año de gestión, el Gobierno ha logrado un importante avance en los mercados financieros. El riesgo país disminuyó notablemente de 1.500 a menos de 750 puntos básicos, lo que abre la puerta a un posible financiamiento externo para el país en 2025.
El Índice de Confianza en el Gobierno, elaborado por la Universidad Di Tella, aumentó un 90% interanual, reflejando un optimismo generalizado entre la ciudadanía y los inversores. Este incremento en la confianza también se ha visto reflejado en el dinamismo de la economía.
La economía argentina empieza a dar señales de repunte real, con la llegada de inversiones significativas. Proyectos por USD 8.000 millones se han presentado, especialmente en los sectores de energía y minería, a través del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).
Además, una nueva ley orientada a las pymes se encuentra en proceso, que traerá incentivos fiscales y laborales. En paralelo, el crédito bancario creció un 50% por encima de la inflación, lo que permitió ofrecer financiamiento a tasas atractivas, por debajo del 8% anual en dólares.
El éxito del blanqueo de capitales incrementó los depósitos bancarios en más de USD 15.000 millones, lo que ayudó a fortalecer las reservas del Banco Central y facilitó los créditos a empresas. Este resultado genera un clima de negocios más favorable en el país.
Gracias a las inversiones y las exportaciones crecientes, sectores clave como energía, minería y agro proyectan un sólido desempeño para el año próximo. El PBI, inicialmente proyectado con una caída de -3,5% este año, podría terminar cayendo menos del 3%, mientras que en 2025 se espera un crecimiento del 5%.
El país se encamina hacia una posible calificación de "investment grade", respaldado por sus avances en estabilidad fiscal, institucional y monetaria. Según consultoras como Delphos Investment, Argentina podría seguir un camino similar al de Corea del Sur, que alcanzó este estatus en solo cinco años.
El clima de negocios favorable y la llegada de capitales podrían ser el motor de un crecimiento sostenido en 2025. Con nuevas reformas e inversiones, se proyecta que el próximo año sea uno de los más prometedores para la economía argentina.