En un arriesgado movimiento político, el Gobierno argentino avanza con determinación en el polémico DNU de desregulación económica y la ambiciosa ley Ómnibus. Las negociaciones se centran en la aprobación durante las sesiones extraordinarias, y advierten que no habrá concesiones ni extensión del período.
El Ejecutivo utiliza como moneda de cambio el proyecto para revertir la suba del mínimo no imponible de Ganancias, crucial para los gobernadores. La estrategia busca asegurar respaldo antes de presentar el proyecto comprometido por Milei.
El Presidente comprometió revertir el tributo coparticipable, pero no especificó cuándo. El manejo de tiempos es crucial para el proceso parlamentario, con la fecha límite de sesiones extraordinarias fijada en enero para evitar debates prolongados.
El Gobierno condiciona a las provincias y legisladores con el proyecto de Ganancias, buscando avanzar sin mayores modificaciones en los temas clave, como tributos, jubilaciones y privatizaciones. La estrategia se mantiene firme ante posibles tensiones y debates prolongados.
A pesar de las tensiones con algunos gobernadores, el Gobierno confía en lograr acuerdos para alcanzar la mayoría simple. Sin embargo, reconocen que temas que requieren mayoría especial, como la reforma política, podrían ser más complicados, y se deja abierta la posibilidad de reconfigurar temas sindicales.