En un episodio que suma tensión a la relación entre el sector libertario y el kirchnerismo bonaerense, el diputado José Luis Espert, acompañado de legisladores de La Libertad Avanza, se hizo presente en el predio de Mercado Libre en La Matanza. La clausura de la obra por parte del intendente Fernando Espinoza, figura de peso en el municipio y procesada por abuso sexual, desató la ira del bloque libertario. Agustín Romo, presidente del bloque, acusó al kirchnerismo de “impedir el progreso”, mientras que el CEO de Mercado Libre, Marcos Galperín, remarcó en redes sociales que estas políticas solo “generan pobreza”.

El gesto de Espert y su equipo no pasa desapercibido: más que una defensa de la “libertad de trabajo”, parece una jugada estratégica para ganar protagonismo entre votantes descontentos con las políticas de La Matanza, un bastión kirchnerista que enfrenta críticas tanto por la falta de inversión como por la gestión municipal. En la confrontación, Espert se perfila como un nombre fuerte para las elecciones de 2025, un rol que parece preparar desde ahora.

Por su parte, el municipio de La Matanza defiende la clausura argumentando el incumplimiento de normativas por parte de Mercado Libre, lo que ha sido respondido por Espert como un acto de “abuso de poder”. Según el legislador, el terreno en cuestión está bajo una administración tripartita, en la que Espinoza no tendría jurisdicción directa.

Este tipo de conflictos evidencia la dificultad de conciliar las posturas de quienes defienden la inversión privada y el empleo contra aquellos que sostienen que el Estado debe regular el crecimiento empresarial. Sin embargo, queda la pregunta de si este accionar del bloque libertario en defensa de Mercado Libre responde a un compromiso genuino por la libertad económica o una estrategia de marketing político que busca explotar la tensión social de un distrito históricamente dominado por el kirchnerismo.