En Argentina, el fenómeno del nepotismo ha sido un tema recurrente en la política. En este contexto, la familia Katopodis se ha convertido en un claro ejemplo de cómo los lazos familiares pueden influir en la ocupación de cargos en el ámbito público. Gabriel Katopodis, ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires, se encuentra al frente de una estructura de poder que involucra a varios miembros de su familia en funciones clave.
El abogado y político Gabriel Katopodis ha ocupado distintos cargos a lo largo de su carrera, incluyendo el Ministerio de Obras Públicas a nivel nacional. Actualmente, en el gobierno de Axel Kicillof, ejerce como ministro provincial. Su carrera política sigue extendiéndose con la inclusión de su esposa, Nancy Cappelloni, en la estructura municipal de General San Martín, donde ocupa el cargo de secretaria para la Integración Educativa, Cultural y Deportiva.
Nancy Cappelloni, esposa de Gabriel Katopodis, ha sido parte del gobierno municipal de General San Martín por más de diez años. En la actualidad, ocupa un cargo como secretaria, bajo la gestión del intendente Fernando Moreira. La cercanía política entre ambos genera cuestionamientos sobre el uso del poder en beneficio de los Katopodis, especialmente teniendo en cuenta la elección reciente de Cappelloni como concejal de la ciudad.
Otro miembro de la familia, Aylén Katopodis, se incorporó al poder judicial de la provincia de Buenos Aires en 2018. A pesar de su corta edad, en octubre de 2024 ascendió a auxiliar dentro de este ámbito. Su carrera dentro del estado argentino ha generado críticas por la rapidez con la que ha logrado posicionarse en un entorno tan competitivo.
Santiago Katopodis, hijo menor de Gabriel, también ha sido vinculado al estado. Desde febrero de 2021, trabaja en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La carrera de los Katopodis sigue sumando cargos públicos, lo que ha llevado a cuestionar la legitimidad de estas designaciones, dadas las conexiones familiares.
La polémica no solo se limita a los cargos que ocupan los Katopodis, sino también a las acusaciones personales contra Gabriel Katopodis. Según relatos filtrados, el ministro habría tenido encuentros con una menor de edad, lo que añade una capa más de controversia a su figura pública. Aunque el caso está siendo investigado, este tipo de denuncias resalta la vulnerabilidad de las figuras políticas en un contexto de constante escrutinio público.