El presidente Javier Milei marcó el inicio de su mandato con un audaz Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para desregular la economía. Posteriormente, convocó a sesiones extraordinarias en el Congreso, proponiendo un temario de 11 proyectos que incluyen una amplia reforma del Estado. A pesar de la urgencia que busca imprimir el Poder Ejecutivo, el avance en el tratamiento de las iniciativas ha sido dispar, con un mayor progreso en el Senado, pero ninguna aprobación en el recinto.
La convocatoria a extraordinarias de Milei es de tan solo 37 días, un plazo exiguo considerando que el proyecto de reforma del Estado, conocido como "ley ómnibus", consta de 664 artículos y 6 anexos. Este abarca reformas en diversas áreas, desde la económica y financiera hasta la educativa y de seguridad, generando un desafío legislativo sin precedentes.
Aunque el plazo podría extenderse, el vocero presidencial, Manuel Adorni, indicó que no están evaluando dicha posibilidad. La complejidad del proyecto y la cantidad de materias involucradas hacen que la apuesta del Gobierno por aprobar la "ley ómnibus" el 25 de enero parezca extremadamente optimista.
El oficialismo, siendo minoría en ambas cámaras, se enfrenta a un Congreso fragmentado que requerirá acuerdos múltiples para obtener quórum y respaldo suficiente. Este escenario plantea dudas sobre la aprobación en el plazo fijado por el Ejecutivo, convirtiendo el proceso en una prueba política clave para Milei a un mes de asumir la presidencia.
En años anteriores, las sesiones extraordinarias han sido utilizadas por presidentes para imponer proyectos clave. Sin embargo, el respaldo del Congreso a estas agendas no es automático, como lo demuestran las bajas tasas de aprobación de proyectos en convocatorias previas. El desafío para Milei radica en lograr la aprobación de su ambiciosa reforma en un contexto político y legislativo complejo.
Fuente: infobae.com