La explosión mediática vino esta vez del interior, con un crímen en Chaco que se quiere equiparar al cometido contra María Soledad Morales en Catamarca en la década de los 90 o con una reforma constitucional jujeña “antipiquetera” que derivó en protestas, incendios y destrozos en los pagos gobernados por el radical de Juntos por el Cambio, Gerardo Morales.
Yendo por partes, en Chaco, la desaparición y posible femicidio de Cecilia profundizó la sospecha sobre los Sena, dirigentes sociales muy ligados al gobernador Jorge Capitanich, quien les había dado confianza como para habilitar una lista colectora que cosechara sufragios hacia el oficialismo provincial.
Obviamente, el ruido mediático e institucional de una investigación policial en curso sobre una atrocidad pudo más y, de hecho, se levantó la colectora pero la sospecha generó fuerte rechazo hacia Capitanich en muchos centros urbanos.
Posiblemente, en esa forma masiva de configurar un crimen policial con fuertes condimentos políticos, esté la explicación de una importante derrota que tuvo el Frente Chaqueño de Todos a manos de Juntos por el Cambio.
Capitanich no mostró mucha preocupación por el resultado y tal vez recuerde que debe hacer los deberes, como cuando de cara a los comicios generales donde en 2021, se recuperó de otra derrota en primarias consiguiendo su reelección.
Tal vez su preocupación mayúscula estuvo en acariciar el sueño de ser precandidato presidencial, ante tanta vacancia y disputa para lograr un candidato de consenso del oficialismo.
Su condición de vocero de la liga de gobernadores kirchneristas, le permitía competir con otros referentes provinciales, pero con estos resultados, quedó varios escalones atrás de otros colegas, incluyendo al caudillo tucumano, Juan Manzur.
Desde Jujuy, con la reforma constitucional que prohíbe piquetes y cortes de ruta, se produjo un fenómeno contrario al éxodo promovido por el hoy recordado Manuel Belgrano en las épocas de las batallas por la independencia.
Un conflicto docente aún pendiente de resolución, sumado a protestas, cortes de ruta y la mentada reforma, fueron ingredientes de un brebaje explosivo que pareció detonar justamente el Día de la Bandera.
El intercambio de acusaciones y reproches se hizo interminable entre Gerardo Morales y el binomio presidencial de Alberto Fernández y Cristina Fernández, quienes por un momento se pusieron de acuerdo en dirigir sus focos hacia un rival en común que, de paso, se potenció para cohesionar detrás de su figura, a referentes del PRO como Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
La excepción la dieron los radicales Maxi Abad y Facundo Manes. El primero sólo condenó el ataque a un local del PRO en Mar del Plata y Manes brilló por su ausencia o reacciónó demasiado tarde con tibios mensajes.
Morales acusó al kirchnerismo de financiar y provocar los desmanes que incluyeron el arrojo de toneladas de piedras, destrozos e incendios parciales en la Legislatura provincial, mientras que Cristina le recomendó leer y “comprender” las recomendaciones que hace la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre la necesidad de “tolerar” protestas con cortes de rutas. La discusión parece no tener fin.
Detrás de la gran novedad que dejó la inscripción de alianzas, que fue tan sólo el cambio de nombre del Frente de Todos por el de Unión por la Patria en el oficialismo, hay un clima de excesiva inquietud donde todo está por verse, al menos en el sector más ortodoxo y puro que sería el del “cristinismo” y una alianza impensada hace algunos años, con el Frente Renovador de Sergio Massa.
Lo más claro hasta el momento es que habrá PASO en el oficialismo nacional y Alberto Fernández, quien desistió de postularse a una reelección como Presidente, dejó un huevo de serpiente o un complejo dilema a resolver, como es una propuesta de competencia a través de la precandidatura presidencial, a Daniel Scioli y a Victoria Tolosa Paz para PBA.
Para colmo, este sector le torció el brazo nada más ni nada menos que al jefe del Partido Justicialista provincial, Máximo Kirchner, porque el piso para las minorías bajó del 40 al 30 por ciento, y eso permitiría al albertismo insertar dos legisladores entre los primeros 11 de la lista de cara a las elecciones generales, en caso de que pierdan los anaranjados.
En cuanto a la fórmula del sector más histórico y ortodoxo K, con CFK a la cabeza, tampoco queda claro respecto de si finalmente encabezará Eduardo "Wado" De Pedro, o si se opta por algún cacique provincial que haya resultado exitoso en sus elecciones locales.
Allí anotaban al tucumano Juan Manzur, ex jefe de Gabinete de Nación y adversario y socio político al mismo tiempo, del electo gobernador Osvaldo Jaldo.
Manzur tiene, no obstante, una larga historia de desencuentros con Cristina, por caso, cuando allá por el inicio de la gestión en diciembre del 2019, amagaba con armar el “albertismo puro” para apuntalar la gestión del Presidente, como cara visible de la liga de gobernadores. Aunque nada de esto sucedió, igual todo se anota en la libreta colorada de los rencores políticos.
Es por eso que no son muy creíbles las hipótesis que lo ubican a Manzur acompañando a De Pedro, y menos encabezando la fórmula como pretenden en el entorno del tucumano. En consecuencia, se van acabando las opciones.
En medio de esa incertidumbre y necesidad de ubicar a alguien bien posicionado y leal, las miradas con lupa apuntan a Axel Kicillof, a quien sacrificarían en aras de hacer la mejor elección posible a nivel nacional y, de paso, ejercer un fuerte efecto de arrastre para categorías de Gobernador y en intendencias municipales.
Axel Kicillof, claro está, se encuentra en una inmejorable zona de confort, dispuesto a trabajar por su reelección como Gobernador y con encuestas que le favorecen en intención de voto aunque, claro está, contra una oposición cada vez más atomizada.
Las próximas horas serán claves en cuanto a decisiones en una problemática de alta exigencia que sólo podría resolver Cristina Fernández.
También hay un elevado índice de confusión en la coalición Juntos por el Cambio, a muy pocas horas del cierre de listas y con un enfrentamiento de alta intensidad entre los “amarillos” Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
Da la impresión que hay una gran guerra de billeteras y chequeras, por obtener un posicionamiento mediático y también de persuasión a través de encuestas, que a veces son de dudosa credibilidad y que se sospecha (casi seguro) que trabajan para quien las encarga.
Es por eso que corren al por mayor las informaciones que dan cuenta que Larreta o Bullrich encabezarían la intención de voto, por una diferencia de seis o siete puntos según se conozca en un medio o en otro, o según se vocifere en cada uno de los entornos de los precandidatos amarillos.
En el mientras tanto, ambos contendientes evalúan incorporar a compañeros de fórmula que sean de alto conocimiento y signifiquen un mensaje o discurso que permita ampliar ese apoyo, sea incorporando a un economista o a algún precandidato radical que, para esta altura, parece que no mueven el amperímetro como para concurrir en soledad a una aventura de primarias.
Según trascendió, el economista y ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconián, rechazó el cargo de precandidato a Vicepresidente con Patricia Bullrich y ahora la ex ministra de Seguridad evalúa convencer al neurocientífico radical Facundo Manes.
Por su parte, Larreta estaría también analizando la viabilidad de proponerle al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, que lo acompañe en la fórmula, pero los rumores continúan al orden del día y las definiciones se conocerían en las próximas horas.
Por el lado de la izquierda, en el FIT el panorama quedó más claro con una competencia en las PASO entre una mini alianza del Partido Obrero y el MST con Gabriel Solano y Vilma Ripoll y otra del PTS y la Izquierda Socialista en una fórmula encabezada por Myriam Bregman y Nicolás Del Caño.
Por el NUEVO MAS se postula para la Presidencia, Manuela Castañeira, a la vez que por Libres del Sur el precandidato será el neuquino Jesús Escobar.
Queda sin inconvenientes para competencia en primarias y con presunción de alta intención de voto, el libertario y economista Javier Milei, quien con su prédica antisistema y anti política, intenta derivar hacia su persona todo el voto bronca.