¿Qué hay detrás de la decisión del Gobierno de transformar empresas estatales en sociedades anónimas? La movida ya está en marcha, pero lo que viene podría cambiar para siempre cómo se gestionan los recursos del Estado.
El gobierno de Javier Milei arrancó una transformación silenciosa pero clave: inscribió cinco empresas públicas como sociedades anónimas, a través de la Inspección General de Justicia, un organismo que depende de la Secretaría de Justicia. ¿Qué significa esto? Que esas compañías ahora tienen que funcionar con las mismas reglas que una empresa privada.
Las empresas involucradas son:
Télam
Fabricaciones Militares
Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA)
Administración General de Puertos
Corporación Buenos Aires Sur
Todas estas ya están registradas como S.A. y deberán presentar balances, rendir cuentas y operar con criterios de eficiencia económica.
La transformación responde a una lógica clara del Gobierno: modernizar el funcionamiento del Estado y evitar que estas empresas se usen con fines políticos. Según explicó el entorno de Milei, el objetivo es que dejen de ser cajas negras del poder y se conviertan en unidades más transparentes, con reglas claras.
El cambio busca responder a una vieja crítica: que muchas empresas públicas no rinden cuentas, generan déficit y se manejan sin controles reales. Al inscribirlas como sociedades anónimas, ahora deberán cumplir las normas del derecho privado, lo que incluye auditorías, publicación de resultados y órganos de fiscalización interna.
Télam: conocida por su rol como agencia estatal de noticias, muchas veces señalada como vocera del kirchnerismo. Ahora deberá funcionar como cualquier medio privado.
Fabricaciones Militares: produce materiales estratégicos y busca una gestión más eficiente para cumplir su rol clave en defensa.
EANA: se encarga del tráfico aéreo. Con este nuevo formato, debería optimizar sus servicios y recursos.
Administración General de Puertos: administra zonas portuarias claves. Se espera una gestión más enfocada en resultados.
Corporación Buenos Aires Sur: su función es el desarrollo urbano en la zona sur de CABA. Con este cambio, tendrá que mostrar impactos medibles.
Por ahora, no. Inscribir una empresa como S.A. no implica venderla. Lo que sí hace es dejar la puerta abierta para que, si se decide avanzar con privatizaciones, el camino legal ya esté despejado. Es una jugada previa que deja todo listo, pero no ejecuta la venta.
El cambio ya es oficial. El próximo paso será ver si estas empresas efectivamente mejoran su gestión. Todo indica que la presión para mostrar resultados será mayor.
Por ahora, el plan del Gobierno está en marcha. Pero la pregunta que queda en el aire es: ¿será este el principio del fin del modelo estatal tradicional?