El carnaval uruguayo es el más largo del mundo, pero también uno de los más costosos para el bolsillo de los montevideanos. La Intendencia Departamental de Montevideo, gobernada por el Frente Amplio desde 1990, destinará al menos 1.427.100 dólares para la edición 2025, una cifra que genera fuerte debate.
Según Pablo Barletta, gerente de Festejos y Espectáculos de la Intendencia, esta festividad es "parte de la idiosincrasia nacional" y por eso se financia desde el gobierno local. Sin embargo, el gasto genera controversia, ya que la asistencia al evento no supera el 25% de la población de la capital uruguaya.
Mientras Montevideo enfrenta problemas urgentes como el aumento de basura en las calles, aguas contaminadas en sus playas y una creciente presión fiscal sobre los contribuyentes, la decisión de la Intendencia de destinar casi un millón y medio de dólares al carnaval es cuestionada por muchos sectores.
Para algunos analistas, el respaldo al carnaval no es solo una decisión cultural, sino también política. Muchas murgas y agrupaciones carnavaleras suelen criticar a la oposición y apoyar abiertamente al Frente Amplio, consolidando un discurso alineado con la izquierda uruguaya.
El evento se convierte así en una plataforma de expresión política donde se cuestionan las gestiones de otros partidos, se reivindican luchas sindicales y se abordan temas sensibles como los derechos humanos y la situación política en Latinoamérica.
El debate sigue abierto: mientras algunos defienden la inversión en cultura, otros consideran que el carnaval debería autofinanciarse, sin depender de los impuestos de todos los montevideanos.
La discusión no es nueva y cada año vuelve a encender la polémica: ¿Es justo que la Intendencia Departamental de Montevideo destine millones a un evento con fuerte carga ideológica o debería priorizar otros problemas urgentes de la ciudad?
Lo cierto es que el debate sigue abierto y la discusión sobre el destino de los fondos públicos en Montevideo está más vigente que nunca.