¿Sabías que un programa impulsado por el gobernador de California, Gavin Newsom, podría haber sido una puerta de entrada para empresas vinculadas al Partido Comunista Chino (CCP) en Estados Unidos? Un libro de los autores Jedd McFatter y Susan Crabtree dedica un capítulo entero a analizar esta polémica, y te contamos todo lo que necesitas saber al respecto.
En el libro, McFatter y Crabtree argumentan que Gavin Newsom, durante su tiempo como alcalde de San Francisco, facilitó la llegada de empresas chinas, muchas de ellas asociadas al Partido Comunista Chino. En particular, destacan su rol en la creación del programa ChinaSF, diseñado para atraer inversión china a California. Sin embargo, los autores sugieren que este programa no solo abrió las puertas a negocios legítimos, sino que también permitió el ingreso de corporaciones vinculadas al CCP.
La relación entre Newsom y la comunidad china local no es nueva. Desde su elección como alcalde en 2004, Gavin Newsom ha mantenido un vínculo estrecho con Chinatown, incluso celebrando su victoria en ese distrito. Esto le permitió implementar ChinaSF, un esfuerzo que según sus promotores, traería grandes beneficios económicos a la ciudad. Sin embargo, McFatter y Crabtree apuntan que lo que realmente ocurrió fue que Newsom y el empresario chino Vincent Lo abrieron un camino para la entrada de empresas corruptas.
Una de las empresas más destacadas en este contexto fue Suntech, una firma solar china cuyo CEO, Dr. Zhengrong Shi, fue recibido calurosamente por Newsom. Además, el libro menciona la vinculación con empresas inmobiliarias como Z&L, cuyos dueños enfrentaron cargos por soborno. Todo esto levantó una gran cantidad de sospechas sobre la transparencia del programa ChinaSF.
La situación se complicó aún más con la relación de ChinaSF con Huawei, una de las compañías más controversiales de China. En 2016, Huawei se convirtió en el principal patrocinador financiero de ChinaSF, lo que generó inquietudes sobre su influencia en el programa. A pesar de las restricciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos debido a preocupaciones de seguridad nacional, ChinaSF continuó con su colaboración con la empresa de telecomunicaciones, lo que dejó muchas dudas sobre las intenciones de Gavin Newsom.
Otro aspecto importante que McFatter y Crabtree destacan es la estructura del programa. ChinaSF comenzó como una LLC privada, bajo el control exclusivo de la Cámara de Comercio de San Francisco, y más tarde se presentó como una organización sin fines de lucro. Este cambio de estatus es visto por los autores como una señal de falta de transparencia y responsabilidad en la gestión del programa.
El impacto de ChinaSF fue considerable, con un estimado de 5,5 mil millones de dólares generados entre 2008 y 2018. Sin embargo, la pregunta que muchos se hacen es si ese impacto fue realmente positivo para San Francisco o si, por el contrario, benefició a empresas con vínculos problemáticos.
En respuesta a las acusaciones, la oficina de Gavin Newsom desestimó el contenido del libro, calificándolo como una teoría de conspiración. No obstante, las preocupaciones sobre la falta de supervisión y la presencia de empresas chinas vinculadas al CCP siguen siendo motivo de debate.
Este capítulo del libro de McFatter y Crabtree plantea importantes interrogantes sobre la relación de Gavin Newsom con China y las posibles implicancias para la seguridad y la economía de California. ¿Estás de acuerdo con sus conclusiones? ¿Debería investigarse más a fondo el programa ChinaSF?