El Servicio Postal de Estados Unidos está en problemas. Pero lo que pocos saben es que ahora hay un acuerdo con Elon Musk para intentar salvarlo. ¿Es el comienzo de una privatización encubierta o una solución a un problema que parece no tener fin?
El director general del Servicio Postal, Louis DeJoy, le contó al Congreso que firmó un acuerdo con la Administración de Servicios Generales y el Departamento de Eficiencia Gubernamental, liderado por Elon Musk. El objetivo: ajustar el presupuesto y buscar nuevas formas de hacer más eficiente una institución que no para de acumular deudas.
Solo en los últimos años, el Servicio Postal perdió cerca de 100 mil millones de dólares, y si no se hacen cambios, podría llegar a perder 200 mil millones más. Además, carga con pasivos anuales de hasta 78 mil millones. Para colmo, las regulaciones que pesan sobre la institución la ahogan y no le permiten operar como un negocio normal.
El acuerdo con Musk —a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE)— apunta a encontrar soluciones a estos problemas. Se buscan “mayores eficiencias”, según palabras de DeJoy, en áreas como la gestión de jubilaciones, compensaciones laborales y otras trabas regulatorias.
Pero no todos están contentos con esta movida. El congresista demócrata Gerald Connolly levantó la voz y dijo que este acuerdo podría ser el primer paso para privatizar el Servicio Postal, algo que, según él, perjudicaría a millones de estadounidenses. Especialmente a quienes viven en zonas rurales y dependen del correo para recibir medicamentos, cartas o incluso sus votos.
A pesar de las críticas, la realidad es que el Servicio Postal no viene funcionando bien. El recorte de 10.000 empleos anunciado en enero, sumado a la reducción de costos operativos en más de 3.500 millones de dólares anuales, muestran que el ajuste es urgente. De hecho, no es la primera vez: en 2021 ya habían recortado 30.000 puestos.
Desde que se volvió independiente en 1970, el Servicio Postal pelea por mantenerse a flote. La caída en el uso del correo de primera clase lo golpeó fuerte. Incluso el expresidente Donald Trump llegó a proponer que el servicio pasara a estar bajo el control del Departamento de Comercio, buscando mayor control y eficiencia.
Hoy, con más de 640.000 empleados trabajando en ciudades, zonas rurales y hasta islas alejadas, la pregunta sigue abierta: ¿será este acuerdo con Elon Musk una solución o un camino hacia la privatización total? Por ahora, el final de la historia está lejos de estar escrito.