¿Qué harías si recibís un video que anuncia un plan para asesinar al Presidente de tu país? Esa pregunta se volvió realidad para el gobierno de Javier Milei esta semana, cuando una amenaza directa sacudió la seguridad presidencial en pleno acto de campaña en Córdoba.
Según informó el periodista Nicolás Wiñazki de A24, desde Colombia llegó un video en el que un hombre con rostro difuminado y voz distorsionada confesaba haber sido contratado para ejecutar a Milei. La advertencia generó una inmediata reacción de la Cancillería, la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y la Justicia, que lograron mantener el acto con un operativo reforzado.
El mensaje no era cualquier amenaza anónima: se trataba de un aviso concreto y proveniente del extranjero, recibido por una diplomática argentina en Colombia vía WhatsApp. En el video, el individuo aseguraba: “Me contrataron para matar a Milei en Córdoba”.
La alerta disparó un protocolo de seguridad de máxima prioridad. La SIDE presentó la denuncia ante la Justicia, y el juez de turno, Ramos, activó la División Antiterrorismo de la Policía Federal. Mientras tanto, la seguridad del Presidente y su entorno más cercano se reforzó de inmediato.
A pesar del riesgo, Javier Milei mantuvo su agenda en Córdoba, cubierto con chaleco antibalas, cumpliendo con su compromiso público y mostrando que la amenaza no detuvo su presencia ni su campaña. Las imágenes del evento evidenciaron el operativo de protección y dejaron en claro la seriedad de la situación.
El episodio expone el nivel de ataques que enfrenta el gobierno libertario en su objetivo de transformar el país. Si bien los detalles sobre la identidad del autor del video permanecen reservados, el hecho refuerza la decisión de Milei y su equipo de avanzar con la agenda de cambios pese a la violencia política.
Para los especialistas en seguridad, el caso también subraya la importancia de la coordinación entre Cancillería, inteligencia y justicia frente a amenazas internacionales. La amenaza de muerte a Javier Milei demuestra que los riesgos actuales no se limitan a la política doméstica, sino que cruzan fronteras, involucrando actores en Colombia y otros países.
La investigación sigue abierta, y la sociedad espera ahora cómo se profundizarán las medidas de protección y prevención. Este episodio no solo impacta en la seguridad del Presidente, sino que también plantea interrogantes sobre la preparación del país frente a amenazas externas que intentan afectar la vida política interna.
Javier Milei, bajo protección y con la agenda intacta, enfrenta así uno de los desafíos más graves de su mandato, dejando una pregunta abierta: ¿cómo continuará el gobierno frente a amenazas que buscan frenar su rumbo de transformación?