¿Te preguntaste por qué la marcha del San Cayetano del 7 de agosto no fue tan multitudinaria como se esperaba? ¿Qué rol jugó la CGT y qué posición tomó Hugo Moyano en esta movilización? Te contamos todo lo que tenés que saber sobre el papel de la central obrera, el reglamento interno que condiciona sus movimientos y lo que realmente pasó ese día.
Desde antes de la marcha, en la CGT se hablaba con mucho entusiasmo de salir a la calle para protestar contra el Gobierno. Algunos dirigentes, con un tono casi de advertencia, aseguraban: “Vamos a mover a toda nuestra gente”. Pero la realidad terminó siendo distinta. La movilización convocada por los movimientos sociales —que desde 2016 organizan esta marcha en reclamo de más trabajo— contó con mucha gente, sí, pero no alcanzó las expectativas que la CGT había planteado.
¿Por qué? El dato clave es que la CGT terminó participando más como acompañante que como protagonista. En diálogo con un medio, uno de los líderes cegetistas reconoció: “No era nuestra marcha, nos sumamos a la que organizaron los movimientos sociales. Cumplimos lo que teníamos que hacer, llevamos mucha gente y sacamos un documento para fijar nuestra posición”.
Ese documento es importante: en él, la CGT criticó duramente las políticas del Gobierno y el estilo presidencial, pero también apeló al diálogo y al consenso. Es una señal clara del rol que quieren tener los sindicalistas, con una estrategia basada en el diálogo social y evitando confrontaciones fuertes, aunque esto no conforma a todos dentro de la central.
¿Por qué se limitaron a caminar solo una cuadra desde Diagonal Sur a Plaza de Mayo y no los 15 kilómetros que estaban previstos inicialmente desde Liniers? La razón está en el temor a enfrentamientos con sectores más radicalizados y grupos críticos que hubieran pedido un paro nacional inmediato. La experiencia amarga de 2017, cuando dirigentes cegetistas fueron increpados durante una protesta y tuvieron que retirarse del palco entre insultos, aún está fresca y pesó para tomar esta decisión.
La presencia de Hugo Moyano fue otro punto destacado. Por primera vez en mucho tiempo, el histórico líder sindical estuvo en la columna principal de la CGT, junto a otros dirigentes como Gerardo Martínez y Octavio Argüello. Pero no todos los Moyano estuvieron: su hijo Pablo no apareció en la marcha, y eso generó muchas preguntas y especulaciones sobre su relación.
Entre los sindicatos que más gente llevaron a la marcha estuvieron Camioneros, UOCRA, UPCN y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), liderada por movimientos sociales. La participación activa de estos sectores mostró las diferentes caras que conviven dentro de la CGT y su entorno.
Así, la marcha de San Cayetano dejó una foto clara: aunque la CGT movilizó, eligió marcar posición con moderación, cuidando su lugar en el diálogo social, pero sin perder fuerza para futuros reclamos. El reglamento interno y la presión de distintos sectores sindicales influyeron para que esta vez la protesta fuera diferente, con un mensaje claro: la central obrera sigue activa, pero buscando caminos más estratégicos y menos confrontativos.
¿Será esta la nueva forma de la CGT para enfrentar los desafíos que vienen? La respuesta, sin dudas, la iremos viendo en las próximas movidas sindicales. Y vos, ¿cómo ves este cambio en la central obrera?