Algo está pasando en el bolsillo de millones de argentinos… y no es solo inflación. En silencio, un número grande de familias volvió a sentirse parte de la clase media. Pero, ¿qué hay detrás de este cambio? Acá te contamos los datos concretos y quiénes están detrás de esta movida.
Según un informe de LCG basado en la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, el 39% de la población argentina volvió a integrar la clase media en el primer trimestre de 2025. Un año atrás, ese número era del 23%. ¿La diferencia? Más de 7 millones de personas que lograron mejorar su situación económica.
Este salto de 16 puntos no se daba desde los tiempos post-pandemia. Es un crecimiento fuerte, y pone el foco en un segmento social que venía muy golpeado.
Para LCG, una familia entra en la clase media si sus ingresos están entre 1,5 y 4 veces lo que cuesta la Canasta Básica Total (CBT). O sea: pueden cubrir lo esencial y todavía les queda resto para algo más. No son ricos, pero tampoco viven al día.
En criollo: es esa familia que puede pagar el alquiler, llenar la heladera, mandar a los pibes al colegio, y de vez en cuando salir a comer una pizza. Algo que hasta hace poco, era lujo para muchos.
La recuperación coincide con el orden macro que empezó a aplicar el gobierno de Javier Milei. El superávit fiscal, la baja del gasto público y la disciplina monetaria generaron un escenario con menos incertidumbre.
Sin inflación disparada ni sobresaltos en el dólar, sectores medios —históricamente los más castigados— empezaron a respirar. La previsibilidad trajo aire al salario real y a las changas. No es magia, son números.
Todavía es pronto para saber si este avance de la clase media se va a mantener. Pero los datos muestran una señal clara: hay un rebote, y no es menor.
El gran desafío es sostener este crecimiento sin que el ajuste pegue por otro lado. Porque si bien el 39% volvió a ser clase media, hay un 61% que sigue fuera.