¿Se puede estar al borde del desastre económico y, al mismo tiempo, discutir sobre la campaña electoral? Esa pregunta ronda desde la reunión de Javier Milei en Olivos, donde todo parecía desconectado de la realidad. Mientras el dólar y el riesgo país se disparaban, él se centraba en cuestiones políticas, dejando a muchos con la sensación de que algo no cerraba.
En el encuentro, que combinó funcionarios, tuiteros y voceros, Milei salió a defender a su hermana. "Estos chorros kirchneristas hablan del 3 por ciento de coimas y ellos se robaban el 30 por ciento", afirmó, generando sorpresa entre los presentes. Uno incluso definió la reunión como una “catástrofe”, comparándola con una convención surrealista.
Lo llamativo es que Milei suele decir que desprecia la política y prefiere enfocarse en lo económico. Sin embargo, justo en el día en que el Banco Central tuvo que usar 380 millones de dólares de reservas para frenar la divisa, él estaba enfrascado en debates sobre la campaña: quién sería jefa de campaña y cómo organizar los próximos movimientos electorales.
La reunión contó con intelectuales como el cineasta y agitador libertario Diego Recalde y tuiteros como Iñaki Gutiérrez y Fran Fijap. Mientras tanto, la bolsa caía, los bonos se desplomaban y el riesgo país superaba los 1400 puntos. Pese a todo, Milei respondió preguntas de 120 referentes libertarios que llegaron hasta Olivos, aunque su equipo, como Santiago Caputo, respondió mucho menos.
La hermana presidencial también tomó la palabra, pero según un asistente, “habló poco y dio vergüenza”. Milei, enojado por las críticas hacia su hermana por las coimas del 3% reveladas en los audios de Spagnuolo, repitió su frase sobre los kirchneristas y se quejó por las dificultades del oficialismo en el Congreso.
El cierre del cónclave sorprendió: Milei pidió a los candidatos que no ataquen a los gobernadores porque “miden muy bien” en sus provincias. Un giro notable para quien antes los trataba de ratas y otros calificativos. Claro, en ese momento, él confiaba en sus propios números, al menos según los encuestadores que visitaban Olivos.
La reunión dejó varias preguntas en el aire: ¿cómo seguirá Milei manejando la economía mientras prioriza la campaña? ¿Podrá sostener su estrategia sin que la situación se le escape de las manos? Lo que pasó en Olivos deja claro que el líder libertario apuesta a un estilo poco convencional, y que su próxima jugada podría definir mucho más que elecciones.