La respuesta la trae Michio Kaku, uno de los científicos más conocidos del mundo, que llega a Argentina con un mensaje directo: la próxima gran revolución ya empezó y pocos países están preparados. Pero hay una oportunidad. Te contamos por qué, cómo aprovecharla y qué puede pasar si la dejamos pasar.
El nombre de Michio Kaku es sinónimo de futuro. Físico teórico, autor bestseller y conductor de documentales, se formó en Harvard y Berkeley y hoy enseña en el City College de Nueva York. Cofundador de la teoría de campos de cuerdas, hoy dedica su trabajo a una tecnología que, según él, cambiará todo: la computación cuántica.
Este gurú futurista visitará Buenos Aires en agosto para cerrar el Digital Finance Forum, invitado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas. Pero más allá del evento, su mirada sobre lo que viene puede ayudar a entender cómo prepararse en un país como Argentina, donde el cambio tecnológico suele llegar con atraso.
Según Kaku, “la naturaleza no usa ceros y unos, usa computadoras cuánticas”. Esta tecnología no se basa en bits, sino en átomos. Y esa diferencia la vuelve millones de veces más poderosa que las computadoras actuales. Su aplicación va desde la cura del cáncer hasta el desarrollo de energías limpias.
“Estamos pasando de máquinas que aprenden, como la inteligencia artificial, a máquinas que piensan como la naturaleza”, explicó. Esa transición, dice, puede cambiar industrias enteras: salud, energía, educación y finanzas. Por eso, sostiene que la computación cuántica será el modelo de cálculo del futuro.
Kaku advierte que muchos empleos desaparecerán, sobre todo los que repiten tareas. Pero también ve esperanza: los trabajos que involucren creatividad, trato humano y resolución de problemas van a crecer. La clave está en la educación: no seguir formando gente para tareas que van a dejar de existir.
“La región es un cohete listo para despegar”, dice. Hay talento, recursos y creatividad. Pero falta una chispa. Y esa chispa podría venir del sector científico-tecnológico. Para lograrlo, hay que conectar la ciencia con el mundo real, con la producción, con los problemas de la gente.
La ciencia no es solo conocimiento. También es economía, trabajo y desarrollo. Michio Kaku no habla de ciencia como algo lejano, sino como lo que define el rumbo de los países. Y deja una advertencia: el futuro puede ser brillante o desastroso. Depende de qué decisiones tomemos hoy.
La revolución ya arrancó. La inteligencia artificial, la computación cuántica y el cambio global del empleo no van a esperar a que estemos listos. Pero si entendemos lo que viene, todavía hay tiempo de subirnos. Como dice Kaku, la historia no la escriben las máquinas, la escribimos nosotros. ¿Qué lugar vas a ocupar vos?