¿Puede la economía argentina estar encaminándose al éxito después de tantos fracasos? Esa es la pregunta que dejó picando Nouriel Roubini, el economista que anticipó la crisis global de 2008, al publicar una columna que sorprendió a todos: defendió la estrategia económica de Javier Milei.
En su artículo titulado “Argentina Is on a Path to Economic Success”, publicado en Project Syndicate, el profesor de la Universidad de Nueva York escribió que “la política económica de Milei está funcionando mejor de lo que muchos esperaban”. No es un comentario menor viniendo del “Dr. Doom”, como lo apodan por sus pronósticos sombríos. Pero esta vez, el economista decidió romper el molde.

Roubini destacó que la decisión de mantener el dólar controlado, combinada con ajuste fiscal y apertura gradual, logró cortar la inercia inflacionaria sin un salto cambiario brusco. “La inflación ya cayó drásticamente, de más del 100% antes de la elección de Milei a alrededor del 30%”, señaló.
Según él, el peso puede estar algo sobrevaluado, pero el país no enfrenta un problema de solvencia sino de liquidez: “Si la Argentina recupera el acceso al mercado, podrá refinanciar sus pasivos y atraer inversiones millonarias”. Incluso se animó a proyectar que podrían llegar hasta 70.000 millones de dólares en inversión extranjera directa, con un ejemplo que llamó la atención: la posible llegada de OpenAI con un centro de datos valuado en 25.000 millones.
Otro punto clave del análisis de Roubini fue el ajuste fiscal. Afirmó que en 2024 el superávit primario —sin contar intereses— llegó al 5% del PBI, algo inédito en la historia reciente. Para el economista, esa disciplina “prepara el terreno para una fuerte recuperación económica después de la debilidad inicial”.
La combinación de recorte del gasto, eliminación gradual de subsidios y un control del tipo de cambio forma, según él, “el enfoque más sólido comparado con las políticas fallidas del pasado”.
Roubini también reveló que Milei recibió una línea de swap por 20.000 millones de dólares del Tesoro de Estados Unidos, condicionada a su triunfo electoral, lo que reforzó el apoyo político y financiero de Washington al programa económico argentino.
Sin embargo, el economista advierte que una dolarización total “no es viable” y que una flotación libre “traería demasiada volatilidad”. Propone un sistema intermedio, con un tipo de cambio que fluctúe dentro de una banda y metas monetarias que mantengan la estabilidad.
El texto de Roubini termina con un mensaje inusual para la Argentina: “Por primera vez en mucho tiempo, el país puede escapar de los errores que lo llevaron a la inflación y al default”.