¿Por qué el peso uruguayo perdió tanto valor? La respuesta no está solo en los mercados globales ni en las tasas de interés. Hay una historia que muy pocos cuentan. En este artículo te la resumimos con claridad: cómo pasamos de una moneda fuerte como el peso oro uruguayo a un billete que vale cada vez menos. Y por qué eso sigue afectando a la región, incluso con las reformas que impulsa Javier Milei en Argentina.
Antes de los años 1900, Uruguay tenía una moneda sólida: el peso oro. Su valor estaba atado al oro, y eso lo hacía confiable. En 1862, cada peso equivalía a 1,556 gramos de oro fino. Pero con el tiempo, los políticos empezaron a gastar más de lo que tenían y abandonaron esa convertibilidad en 1914. En 1938, la devaluación fue oficial: el peso pasó a valer apenas 0,585 gramos de oro. Una pérdida del 62,4%.
Desde entonces, cada gobierno fue imprimiendo más billetes sin respaldo. Y eso tuvo consecuencias.
La inflación no es una casualidad. Es una decisión política. Desde que se dejó el patrón oro, Uruguay acumuló una inflación de más del 63 mil millones por ciento. Sí, leíste bien. Mientras Suiza apenas tuvo un 70% en 85 años, y Estados Unidos un 2.184%, Uruguay se llevó el récord.
¿Qué significa eso? Que lo que podías comprar con 1 peso hace décadas, hoy no alcanza ni para un caramelo.
Javier Milei, el presidente argentino, también denuncia estos problemas. Para él, imprimir dinero sin respaldo es como un robo legal. Por eso quiere cerrar el Banco Central y dejar de emitir pesos sin control. Su modelo busca volver a una moneda fuerte, como fue el peso oro uruguayo en su época.
Este debate también toca temas sensibles. Porque la degradación de la moneda afecta políticas de salud, como la entrega de medicamentos para tratamientos oncológicos o para personas con VIH. En Argentina, por ejemplo, obras sociales como OSPRERA están al límite por la inflación y la deuda del Estado.
Muchos economistas creen que el valor del dinero se recupera con responsabilidad fiscal. Es decir, que los gobiernos no gasten más de lo que recaudan. Otros, como Milei, van más allá y piden volver a una moneda dura o, al menos, eliminar el curso forzoso del dinero.
Sea cual sea la salida, lo que está claro es esto: cuando el dinero pierde valor, también lo pierde tu trabajo, tu ahorro y tu futuro.
No es solo economía. Es ética. Cada vez que un gobierno imprime billetes sin respaldo, te está sacando poder de compra sin avisarte. Por eso es clave entender esta historia. Porque si no sabemos cómo llegamos hasta acá, va a ser muy difícil encontrar un camino que nos saque de la decadencia.