¿Sabías que el presidente argentino gana menos que casi todos sus colegas de Sudamérica? Javier Milei, a pesar de liderar uno de los países más grandes de la región, tiene el salario presidencial más bajo del continente. Y lo más curioso es cómo esa cifra refleja su estrategia política y económica.
Según datos oficiales, Javier Milei percibe 4.066.018 pesos argentinos mensuales, equivalentes a unos 3.141 dólares al tipo de cambio oficial. Esto lo coloca por debajo de presidentes de países con economías mucho más pequeñas, como Paraguay o Bolivia. La diferencia es abismal si se compara con el mandatario uruguayo Yamandú Orsi, de izquierda, que cobra 570.000 pesos uruguayos, unos 14.245 dólares al mes. En otras palabras, Milei gana apenas el 22% de lo que recibe su par uruguayo.
El recorte de su salario no es casualidad. Desde que asumió a fines de 2023, Milei congeló su remuneración mediante el Decreto 235/2024, anulando cualquier aumento. De haber mantenido la actualización, estaría cobrando alrededor de 5.022 dólares, pero optó por un gesto de austeridad que acompaña su plan de ajuste económico. Este plan logró evitar la hiperinflación y estabilizar la economía, al mismo tiempo que mostraba un compromiso directo con la reducción del gasto público.
Comparando con otros países de Sudamérica, las diferencias son claras: en Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva percibe unos 46.366,19 reales, equivalentes a 8.530 dólares, mientras que en Paraguay el presidente cobra 3.556 dólares, aún por encima de Milei. Esta brecha evidencia que el salario presidencial argentino es, literalmente, el más bajo del continente.
El caso de Javier Milei se volvió un ejemplo visible de austeridad y coherencia entre discurso y acción. Al reducir su propio ingreso, el presidente busca reforzar su mensaje sobre la importancia de controlar el gasto público y dar el ejemplo desde la máxima autoridad del país. Para muchos, esta decisión refuerza su imagen de líder que prioriza la eficiencia económica por sobre beneficios personales.
Más allá de los números, la situación plantea una pregunta interesante: ¿cómo impacta en la percepción social y política un presidente que cobra tan poco en comparación con sus colegas regionales? Mientras Milei sigue mostrando austeridad, otros líderes de Sudamérica mantienen salarios elevados, reflejando distintas prioridades y estrategias económicas.
En resumen, Javier Milei se consolidó como el presidente con el salario más bajo de Sudamérica. Su decisión no solo marca una diferencia económica notable, sino que también refuerza su mensaje de austeridad y control del gasto público en la Argentina, dejando en evidencia cómo su gestión busca combinar disciplina fiscal y ejemplo personal.